El tiempo te agarra de la muñeca. Pretende indicarte adonde ir. Por eso, haz todo lo posible y no preguntes por qué. No es una pregunta, es algo que se aprende a la larga. Es algo impredecible, pero al final está bien. Así que coge las fotografías e imágenes de tu mente. Cuélgalas en una estantería de recuerdos y buenos momentos.
¿Valió la pena realmente? Valió la pena todo el tiempo.
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